miércoles, 26 de octubre de 2016

La TIROIDES: causas, tipos y tratamiento

La glándula que pone en marcha todo nuestro organismo



FISIOPATOLOGÍA DE LA FUNCIÓN TIROIDEA


La tiroides es una glándula que se activa gracias a la hormona TSH, producida por la adenohipófisis. La TSH por su lado está controlada por la producción de TRH hipotalámica. La tiroides produce entonces tiroxina o tetrayodotironina (la llamada T4, con 4 moléculas de yodo) y triyodotironina (T3, con 3 moléculas de yodo).

Las hormonas se almacenan en la tiroides unidas a una proteína que las recoge llamada tiroglobulina, la cual se almacena en los folículos tiroideos. Cuando es necesario la hormona se disocia y se libera a la sangre, entonces ésta se une a otras proteínas transportadoras, principalmente a la albúmina, las cuales la transportan hasta las células periféricas.

En la periferia la hormona T4 se transforma en T3 gracias a la enzima desyodinasa que le quita un átomo de yodo. Y ya en el interior de la célula provoca los efectos relacionados con el crecimiento normal, la actividad metabólica y la adaptación al estrés.



TRH – Hipotálamo >>> TSH – Adenohipófisis >>> Tiroides (tiroglobulina) >>> Periferia T3 – Desyodinasa - T4 Albúmina (sangre) >>> Tiroglobulina >>> segrega >>> T3 + T4 (Albúmina)


SITUACIONES PATOLÓGICAS


HIPOTIROIDISMO


Es la situación de déficit de la hormona tiroidea. Se considera de origen primario cuando la enfermedad afecta directamente a la tiroides y secundario si viene precedida principalmente por la afectación del hipotálamo o de la hipófisis.

También existe el hipotiroidismo congénito debido a que la madre carece de yodo cuando se queda embarazada. Esta falta de yodo en el feto produce un cuadro de bocio, retraso mental y retraso en el desarrollo general llamado creatinismo. Era una enfermedad muy frecuente en España antiguamente por falta de yodo en la tierra de cultivo de los alimentos. Por tanto surgían niños con numerosas malformaciones, principalmente a nivel del cráneo, con talla baja y con deformaciones óseas de todo el esqueleto, incluso también deficiencias por parte del sistema nervioso. Físicamente daba como resultado tibias en forma de sable, vientre hinchado similar al raquitismo, dientes, nariz y órbitas malformados… Las Hurdes fue el último sitio donde se erradicó dicha enfermedad, a causa de la dificultad de transportar hasta allí alimentos de mayor valor nutritivo. Hoy en día la sal yodada permite casi la completa erradicación del creatinismo.

Por otro lado, en el adulto el hipotiroidismo produce bradicardia, bradipsiquia (pensamiento lento), estreñimiento… todo el metabolismo se ve enlentecido y también provoca un mixedema cutáneo dando lugar a una cara hinchada como si tuviera debajo líquido contenido. La voz se arrastra lentamente y de manera cansina. Se soluciona mediante el aporte de las hormonas tiroideas en déficit y diferentes estímulos naturales de la tiroides.

HIPERTIROIDISMO


Es el exceso de producción de hormona tiroidea. Desencadena un cuadro de nerviosismo, temblor, taquicardia, diarrea, a veces disminución de peso y exoftalmos. En contra del caso anterior, todo el metabolismo se ve acelerado. En situaciones ya graves llega a producir un tipo de taquicardia, llamada crisis tirotóxica, que desencadena insuficiencia cardiaca.

Puede ser tanto de origen primario por afectación de la tiroides, por ejemplo causado por un nódulo tiroideo funcionante, o de origen secundario por un tumor en la zona de la hipófisis que produce la TSH. Las causas más frecuentes del trastorno primario son el adenoma hiperfuncionante (tumor que produce la hormona de la tiroides), la enfermedad de Graves – Basedow que produce antirreceptores TSH o bien situaciones autoinmunes como las tiroiditis sub-blandas y crónicas.

El adenoma puede ser único o múltiple, a éste se le llama bocio multinodular tóxico y se trata destruyendo la tiroides mediante yodo radioactivo I131.

La enfermedad de Graves se llama también bocio exoftálmico y está causada por un anticuerpo que estimula el receptor tiroideo de la TSH.


TRATAMIENTO MÉDICO CONVENCIONAL


El tratamiento por excelencia es la administración de hormona tiroxina (T4), pero comentaremos brevemente las distintas vertientes existentes y el porque de dicha elección.

HORMONAS TIROIDEAS – Tratamiento del Hipotiroidesmo

La TSH y la TRH no se usan en terapéutica.
  • La T4 es la hormona de elección en su forma levógira (levotiroxina). Se dosifica de forma gradual desde una dosis de 50 microgramos, aumentando 25 microgramos semanalmente durante 3 o 4 semanas hasta que desaparecen los síntomas. Normalmente se cura con dosis menores de 200 a 300 microgramos al día, siendo 100 microgramos la dosis más frecuente. En caso de creatinismo la dosis inicial es de 25 microgramos al día. Se dosifica de forma gradual porque de entrada a dosis altas produciría síntomas de hipertiroidismo, como angina de pecho si es un enfermo coronario o crisis hipertensiva si es un enfermo hipertenso. Lo más habitual es que el tratamiento substitutivo tiroideo se mantenga durante toda la vida.
  • La T3 es más productiva que la anterior, ya que la T4 se transforma en T3 cuando pasa a su forma activa, pero su vida media es más corta debido a que no mantiene sus niveles en sangre de forma continuada, por lo tanto sólo se usa en casos de coma hipotiroideo, que es el extremo máximo del hipotiroidismo. La dosis sería de 10 a 20 microgramos por vía intravenosa cada 4 horas.

FÁRMACOS ANTITIROIDEOS – Tratamiento del Hipertiroidismo


Su objetivo es inhibir la producción o liberación de la hormona tiroidea. Se usan junto con el propanolol, que es un beta-bloqueante que actúa como hipotensor. Si fracasa el tratamiento farmacológico ya se pasa a la extirpación de la tiroides o bien se quema mediante yodo radiactivo I131, y a partir de entonces se trata como si fuera un hipotiroidismo mediante la administración de hormona tiroxina.

  • YODO (I) a dosis altas provoca la inhibición tiroidea, disminuye la síntesis y liberación de la hormona tiroxina y atrofia la tiroides disminuyendo su vascularización y su tamaño. Sólo se usa en casos previos a cirugía, con la finalidad de disminuir la hemorragia durante la operación. Su ingesta provoca un sabor metálico en boca, hipersalivación, aumento de la secreción bronquial, acné y exantema. Por tanto no existen dosis terapéuticas para el hipertiroidismo.
  • Tiouracilos: PROPILTIOURACILO y METILTIOURACILO, ambos inhiben la enzima desyodinasa encargada de la síntesis de T4 en la zona periférica a partir de la hormona T3. La dosis es ajustada según los resultados conseguidos, después se mantiene durante al menos 4 meses. Sus efectos secundarios son fiebre, exantema, artralgias, hepatitis tóxica y bocio. A parte uno de los efectos más graves es la agranulocitosis que aparece en el 0’5% de los casos.
  • Antitiroideos: CARBIMAZOL y TIAMAZOL, además de inhibir la desyodinasa también bloquean la síntesis de T3 y de T4. Los efectos negativos son exantema, agranulocitosis, bocio, molestias digestivas, artralgias y prurito. Estos dos son los más usados porque se toleran mejor que los dos anteriores.
  • Beta-Bloqueantes: PROPANOLOL y ATENOLOL tratan de forma sintomática la taquicardia y el temblor asociados a la enfermedad. Además previenen los efectos de las crisis tirotóxicas.


TRATAMIENTO NATURAL

HIPERTIROIDISMO


Como alternativa al Propanolol tenemos la menta de lobo, que previene la hiperexcitación del sistema nervioso simpático, evitando las posibles arritmias cardiacas.

La creatinina y la creatina a dosis de unos 2 gr/día protege los huesos y al mismo tiempo tiene un efecto antitiroideo.

En los casos de tiroiditis autoinmune también se usa la organoterapia dentro de la rama de la Homeopatía, mediante la administración de tiroides a la 9 CH, en gránulos o monodosis.

Por su lado la L-Carnitina protege al músculo cardiaco, ingerida siempre fuera de las comidas.

Para prevenir las consecuencias de la enfermedad, es decir, la destrucción del tejido magro, como es el caso del músculo estriado cardiaco, se ha de hacer una dieta rica en proteína de alto valor biológico, como por ejemplo legumbres mezcladas con cereales integrales variados, huevos ecológicos o de corral, pescado salvaje de pequeño tamaño o carnes blancas de calidad. También las crucíferas crudas son antitiroideas o bociógenas, es decir, inhiben la función de la tiroides.

En todo caso es fundamental el tratamiento del terreno, buscar la base del problema mediante un correcto control del estrés y diversos mecanismos personalizados que ayuden al paciente en la gestión personal de su propio día a día.

HIPOTIROIDISMO


Existen dos tipos de hipotiroidismo, el vinculado a la dieta, por déficit de Yodo, y el de tipo autoinmune, ajeno al aporte dietético.

De tipo carencial


El Yodo procede de los alimentos marinos como son las algas, el marisco, el pescado… por lo que su consumo regular evita la aparición de la enfermedad.

La riqueza del suelo de cultivo es la que determina su carencia en los alimentos, por lo que en áreas geográficas con terrenos pobres en Yodo es importante incluir diariamente complementos dietéticos como la sal yodada a unos 2 – 5 gr/día, que nada tiene que ver con lo que conocemos como sal marina. Siempre sumando el resto de alimentos ingeridos que ya contienen Yodo, por lo que si la dieta es rica en pescado sólo necesitamos sumar 2 gr mínimos de sal yodada al día, pues el exceso de Yodo también es negativo para nuestro organismo y podríamos desarrollar un hipertiroidismo de rebote.

Otra fuente dietética de gran riqueza en este oligoelemento son las algas, ya que con una pequeña dosis de 5 gr en forma disecada, que corresponde a un ¼ de la palma de la mano, sería suficiente para cubrir la dosis mínima esencial. Menos cantidad aún si se trata de algas finas como la fucus o bien las laminarias o planas, pues su concentración en yodo es mucho más elevada.

De tipo autoinmune


El primer punto fundamental vuelve a ser la correcta gestión del estrés mediante distintas técnicas de control adaptadas a cada persona.

El segundo punto a tener en cuenta es incluir un programa de ejercicio físico diario, ya que así estimulamos el metabolismo, combinando una parte de tonificación muscular y otra de ejercicio aeróbico. Con ello logramos un aumento del metabolismo basal mediante la oxigenación del músculo.

Hemos de habituarnos a una dieta muy equilibrada con buenos y variados hábitos dietéticos.

El aminoácido L - tirosina a dosis crecientes de hasta 7 gr/día aumenta la función tiroidea. Hemos de ir aumentando la dosis de medio gramo en medio gramo hasta conseguir el efecto reflejado en las analíticas. Habrá personas que incluso necesiten 10 gr/día, por lo que se aconseja realizar la subida de dosis de manera muy paulatina para ir subiendo poco a poco, hasta alcanzar la dosis individualizado que cada uno necesita.

La vitamina C a dosis altas unida a bioflavonoides, junto con un complejo multivitamínico – mineral consigue la estimulación de la producción de hormonas. Se mantiene su toma durante varios meses seguidos para completar el tratamiento de elección unido a todos los puntos anteriores. Pasados estos meses deberíamos ir disminuyendo poco a poco las dosis de complementación y mantener los resultados sólo con dieta y ejercicio físico, unido en todo caso al tratamiento del terreno de fondo de la persona que es la causa de base principal en todos los casos y que nunca debemos olvidar.
En los casos de Hashimoto que empiezan por un hipertiroidismo y acaban desarrollando un hipotiroidismo (origen del estrés diario excesivo y mantenido), se tratan con tiroides a la 4 CH en la primera fase o bien con complejos homeopáticos que también contienen este elemento junto con otros elementos que actúan en sinergia.

Si el hipotiroidismo es subclínico, con una T4 normal pero una TSH alta, no es obligatorio tratarlo con suplementación salvo si se trata de una embarazada. Nos basaríamos simplemente en la primera fase de prevención con dieta y base emocional.

Y por último, no podemos cerrar este artículo sin mencionar al aceite de coco, un gran descubrimiento en el tratamiento de todo tipo de patologías que afectan a la tiroides. Siempre que se trate de un aceite de coco virgen, 100% ecológico y con la mayor concentración posible en ácido láurico.

La tiroides: la pila que recarga nuestra energía física, pero también nuestra fuerza vital. Cuerpo y mente siempre de la mano.

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