martes, 6 de septiembre de 2016

Bebidas Vegetales

Adapta tu bebida a cada momento del día…



Cada vez es más frecuente hoy en día que la población evite los lácteos de forma regular en su dieta. Ya sea porque presenta algún tipo de alergia o intolerancia a la lactosa, porque ha optado por llevar a cabo una alimentación vegana o por cualquier otro motivo de origen ético o de salud concreta, incluso sencillamente porque no le gusta su sabor.

Esta es la razón por la cual se ha extendido tan enormemente en el mercado un amplio abanico de “leches vegetales” muy diversas, donde en muy poco tiempo encontramos un crecimiento de mil y una variedades diferentes.

Haciendo un pequeño recorrido a lo largo de su evolución, la primera bebida vegetal que salta al mercado es la llamada leche de soja.

El término leche no sería el más correcto, ya que la leche sólo procede de animales mamíferos que dan de amamantar a sus crías, pero la lucha comercial por encontrar el sustituto perfecto hizo llamar a las “bebidas vegetales” leches, y a dicho término le añadieron como apellido el origen vegetal que la compone. De ahí surge en consecuencia la bebida o leche de soja, la cual en un principio era la más habitual, por su mayor semejanza nutricional con respecto a la leche de vaca, pues el nivel calórico se iguala bastante y el perfil de proteínas también queda equilibrado; no tanto la cantidad de grasas, pero en este caso se trata de grasas insaturadas por lo cual no resultan dañinas para la salud, sino justamente al contrario.

Posteriormente se produjo poco a poco un desplazo de la misma por otras opciones como la de avena o la de arroz, ya que resultaban más fáciles de digerir y además aparecieron cada vez más casos de intolerancia a la soja que obligaban a buscar alternativas.

Amplio surtido de bebidas vegetales bio

En el presente ya encontramos leches vegetales de todo tipo, incluso a base de cereales más especiales como la quinoa, el mijo, el teff, el kamut, etc. Así como diferentes tipos de frutos secos o semillas; ya sea de almendra, avellana, sésamo, alpiste, cáñamo o, por qué no nombrar aquí también la chufa, pues de ella obtenemos la horchata, una bebida muy típica difundida por toda la costa del Mediterráneo sobretodo en los meses calurosos de verano y que a la vez nos aporta una buena dosis de antioxidantes y minerales, con un alto poder saciante por su contenido en fibra.

En los últimos años surgieron también combinaciones de todas ellas entre sí, como por ejemplo la versión de arroz con almendras, de avena con avellanas, de 3 cereales mezcla de arroz con avena y espelta o la última gran novedad de arroz con quinoa, entre otras muchas; todas ellas muy interesantes y con un perfil nutricional diferente.

A parte también del vegetal en sí del que se obtiene su jugo principal, podemos así mismo elegir entre infinidad de sabores: chocolate, cacao, vainilla… Las últimas novedades para el verano incluyeron pequeñas proporciones de frutas tan refrescantes como la piña, el plátano, el coco o la fresa. Siempre fijándonos en que se elaboren con ingredientes naturales y no a base de aromas o aditivos.

Ahora bien, tras este pequeño recorrido por el origen de las ya tan socorridas bebidas vegetales, llegado este punto os proponemos un nuevo reto:

¿Qué os parece si aportamos un toque personal a nuestro desayuno y lo hacemos diferente cada mañana?

Veréis como resulta de lo más sencillo, el gusto queda tremendamente mejorado y, por supuesto, el aporte nutricional se eleva de manera considerable. Además podréis cambiar de leche cada día, ir creando vuestras propias combinaciones, descubrir sabores nuevos y arriesgaros con los ingredientes más suculentos. Desde vuestra leche de opción preferida podremos dar lugar a un montón de variedades distintas.

Vamos entonces hoy a hablar de 4 alternativas sencillas y rápidas para comenzar. Todas ellas sin gluten y compuestas de ingredientes 100% veganos, es decir, sin ningún componente animal, por lo que resultan al alcance de todos los sectores de la población. En cualquier caso riquísimas y de lo más saludables.


LECHE DE CHUFA CON AMARANTO


  • 1L de bebida de chufa sin azúcar
  • 1 vaso de achicoria
  • 70gr de amaranto inflado al natural
  • Una cucharadita de estevia (opcional)

Preparamos la bebida de achicoria en una cafetera convencional o también podemos substituirla por achicoria en polvo soluble disuelta directamente en un poco de la bebida de chufa, el sabor apenas cambia y, si son de calidad, la achicoria mantiene sus propiedades en ambos formatos.

Buscad siempre bebidas de chufa que no lleven azúcar añadida, ya que esta bebida tradicionalmente suele endulzarse en exceso. Existen versiones que optan por el sirope de ágave y resultan mucho más convenientes, ya que además el aporte es muy sutil y a nivel de sabor mejora considerablemente. 

Añadimos los copos de amaranto al litro de chufa, ya con su vasito de achicoria incorporado y trituramos todo junto con la ayuda de un vaso batidor o sencillamente con una batidora manual.

Vertemos la mezcla en una botella grande cristal y la agitamos siempre antes de servir para mezclar todos los ingredientes de manera homogénea y crear al mismo tiempo esa espuma que la hace especial a modo de batido cremoso. La debemos conservar en la nevera durante un máximo de 3 o 4 días, según la época de calor.

Si os gusta que tenga un toque más dulce podéis añadir un poco de estevia natural, ya sea en gotas, en comprimidos o en polvo; optad por las marcas con los componentes más sencillos.


LECHE DE TRIGO SARRACENO Y QUINOA


  • 1L de bebida de trigo sarraceno
  • 20gr de copos de quinoa
  • Una cucharada sopera de harina de algarroba
  • Una pizca de nuez moscada

Tanto el trigo sarraceno como la quinoa son dos pseudocereales de gran aporte proteico, por lo que resultan ideales para dietas de control de peso. Además aportan un montón de energía, por lo que también serían una opción perfecta antes de un entreno para empezar la mañana.


Resulta muy sencillo, mezclamos el litro de trigo sarraceno con los copos de quinoa. Añadimos la harina de algarroba y el toque de nuez moscada al gusto y trituramos hasta que quede bien fino.
Os quedará una consistencia ligeramente cremosa con toque a chocolate, pero con un recuerdo dulce muy suave. A mí me gusta darle un toque con anís estrellado y cardamamo, versión más especiada con toques picantes, pero aquí ya entra vuestra imaginación con toque especial para ir cambiando.

Si preferís que predomine el sabor de la algarroba podéis rebajar la cantidad de quinoa y añadirle más harina, resultará un batido de “chocolate” muy agradable para disfrutar bien calentito junto con vuestro aperitivo favorito a media tarde.


LECHE DE MIJO CON FRUTOS SECOS


  • 1L de bebida de mijo
  • 40gr de anacardos crudos sin sal
  • 40gr de avellanas crudas sin sal
  • Aceite esencial de limón
  • Una rodaja de jengibre fresco
  • Canela de Ceilán en polvo

Primero tostamos ligeramente las avellanas en una sartén limpia sin nada de aceite, con cuidado para que no se quemen. También las podemos comprar ya tostadas pero ganan mucho en sabor y calidad si lo preparamos nosotros mismos y es un momento, ya que las de compra vienen demasiado oscurecidas. Ya tostadas, las sumergimos en agua junto con los anacardos crudos y reservamos durante toda una noche. Por la mañana escurrimos y lavamos bien bajo el grifo. Finalmente le añadimos el litro de agua nueva. Gracias a este remojo habremos conseguido que se activen las enzimas del fruto seco, y con este sencillo paso habremos multiplicado los nutrientes de nuestra bebida y al mismo tiempo la haremos más digestiva.

Trituramos los frutos secos ya escurridos junto con el litro de trigo sarraceno, 3 gotas de aceite esencial de limón ecológico, una cucharadita de canela de Ceilán en polvo y una rodaja fina de jengibre fresco previamente pelado.

Esta bebida resulta ideal en verano servida bien fría junto con unos cubitos de hielo. Yo le suelo añadir también un poco de algarroba o cacao puro porque me encanta, sobretodo las tardes en que siento deseo de dulce o mi mente requiere trabaja más deprisa. Opción tremendamente aromática y muy refrescante.


LECHE DE AVENA CON SEMILLAS


  • 1L de bebida de avena sin gluten
  • El toque personal de manteca de coco
  • 10gr de semillas de chía
  • 70gr de tahín ligeramente tostado
  • 3 cucharaditas de cacao puro crudo en polvo
  • 1 cucharadita pulpa de Baobab en polvo
  • Vainilla natural (opcional)

Dejamos a remojo las semillas de chía junto con el litro de avena. Al día siguiente se formará una especie de masa gelatinosa que aportará una textura especial con más consistencia a nuestra leche de hoy, así nos recordará a chocolate calentito de antaño.

Introducimos en el vaso batidor y añadimos el tahín y una cucharada de manteca de coco puro. Batimos hasta que quede totalmente disuelto y ya entonces añadimos el cacao y el Baobab. Trituramos de nuevo todo conjuntamente.

Podéis dejarlo tal cual o añadir por encima uno cubos de coco naturales para encontrar pequeñas explosiones de sabor a cada bocado.

Como nota en este caso el gusto del coco combina muy bien con el de la vainilla, por ello os recomiendo añadir a la mezcla una pequeña cucharadita de vainilla natural en polvo. Evitad en todo caso la conocida vainillina, ya que simplemente es azúcar blanca aromatizada.



Tras estas leves pinceladas como excusa y consejo para comenzar, de aquí en adelante sois vosotros los protagonistas en la cocina; disfrutando de los distintos alimentos que ofrece cada temporada del año, eligiendo los más adecuados según el momento en el que os encontréis y abriendo un amplio abanico de mil y una opciones para cada momento del día, ya sea un desayuno, una merienda o un tentempié sano a media mañana.



En otra ocasión hablaremos incluso de cómo elaborar vuestra propia leche vegetal. Veréis que sencillo y rápido resulta, al mismo tiempo de… rico, riquísimo!


¡Os sentiréis orgullosos de vuestras nuevas creaciones!



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