Alergia en Primavera

Porque los estornudos no son amigos de esta bonita estación repleta de flores.

Para muchas personas, la llegada de la primavera viene cargada de incómodas alergias estacionales, así como de un aumento en la frecuencia de crisis asmáticas bronquiales. En la mayoría de estos casos, el único recurso conocido es el uso de fármacos broncodilatadores e incluso, en último lugar, la aplicación de inhaladores a base de corticoides artificiales. Pero nosotros, dentro de la Medicina Natural, disponemos de un amplio abanico de complementos y plantas que nos servirán de gran ayuda tanto en la prevención como en el proceso paliativo de los brotes alérgicos.

Si se trata de un asma bronquial, deberemos en primer lugar reconocer sus dos componentes:

1. Infeccioso
2. Alérgico

Y de acuerdo a estos dos grupos centraremos el tratamiento, según cada caso. Vamos entonces a desengranar cuáles son dichas herramientas naturales para combatirlo e incluso para prevenirlo.

¡Porque lo más importante es disfrutar de la bonita estación primaveral que tenemos por delante!

1. Componente infeccioso

Centrándonos en el componente infeccioso, la tríada formada es la siguiente:

• Entrada del germen (infección)
• Hiperreacción inmune (proceso alérgico)
• Afectación del terreno individual de cada paciente (origen)

Nosotros hemos de centrarnos en el tratamiento base de la tríada, es decir, el terreno, y no tanto en los síntomas de la infección, como son el exceso de producción de mucosidad ante la entrada del germen o la broncoconstricción de los alveolos que se produce como consecuencia. Lo que debemos hacer es mejorar la integridad de las mucosas, ya que en ellas es donde se produce dicho exceso de respuesta ante ciertos gérmenes no reconocidos correctamente por nuestro organismo.

Para ello, necesitamos aumentar la ingesta de provitamina A, es decir, beta-carotenos naturales mediante zumos de zanahoria o bien un complemento de origen vegetal a base del alga Dunaliella.

Este es además un gran complemento para esta época del año ya que protege nuestra piel del sol y al mismo tiempo ayuda al bronceado progresivo.

Otra manera de favorecer el estado de las mucosas es aumentando la barrera infecciosa aportando un buen probiótico.

En todo caso hemos de fijarnos que se trate de un probiótico equilibrado en diversas cepas específicas, las cuales ayudan a potenciar la formación de Inmunoglobulinas A, encargadas de la defensa de todo nuestro sistema inmunológico.

Y, por último, el aminoácido L-Glutamina en forma libre de máxima absorción, mejorará las paredes de nuestro intestino delgado, lugar prioritario donde radica toda nuestra respuesta inmune.

Por otro lado, no podemos olvidarnos del componente autoinmune, ya que éste puede encontrarse deprimido y es, en muchos casos, la causa clave de todo el proceso alérgico. Para ello, acudimos a los hongos inmunorreguladores. De entre los distintos tipos, los que cuentan con evidencia científica correctamente demostrada en humanos para este fin son el Shiitake, el Maitake y el Reishi. Los tres logran una notable disminución en el número de infecciones.

También tenemos a los llamados adaptógenos, encargados de regular la producción de cortisol por nuestras glándulas suprarrenales. Los más conocidos son el Ginseng rojo coreano, el Eleuterococo o Ginseng siberiano, la Rhodiola, el dátil rójo o jujube y el Astrágalo. Todos ellos ayudan a mejorar la acción de nuestro sistema inmunológico a título preventivo, reduciendo la frecuencia de las crisis.

Cuando ya no hablamos de prevención sino que se ha producido toda la cascada de la sintomatología producto de la infección, entonces debemos acudir a los inhibidores de la difusión del germen.

En tal caso, si la localización de los síntomas es en el árbol otorrinolaringólogo, optaremos por la oligoterapia mediante el Gluconato de Cobre. Una toma sublingual de 2 ml ya logra una notable mejoría y, en todo caso, se puede repetir la toma cada 4 horas hasta lograr erradicar los síntomas. En cambio, si la infección se sitúa en la faringe, escogeremos la Echinacea en extracto estandarizado, a dosis doble la primera caja y una segunda caja de mantenimiento durante alrededor de 7 - 10 días.

2. Componente alérgico

Delante un sistema inmune hiperactivado, hemos de tratar el componente alérgico de la enfermedad.

La primera de las opciones son las llamadas vacunas intestinales, que también se presentan en formatos vía oral, para conseguir poco a poco una desensibilización de nuestra respuesta inmune ante el alérgeno concreto.

Así mismo, la indicación de calostros aumenta el aprendizaje del sistema, con la consiguiente disminución en la sintomatología ante la entrada de patógenos.

Gracias sobretodo a su concentración en factores de transferencia y otros componentes como la lactoferrina.

Otro gran suplemento en estos procesos es la Pantetina, una forma especial de Vitamina B5, ya que actúa como reguladora en la hiperrespuesta alérgica. En general un correcto complejo B de entre 50 a 100 mg de concentración según cada caso sería lo idea.

También la Vitamina C es otro gran antihistamínico, más aún si va unida a Bioflavonoides y Quercetina, que potencian sus efectos y mejoran su respuesta.

Por su lado, los Omega 3 disminuyen la respuesta inflamatoria, con la correspondiente bajada en la frecuencia de crisis durante los cambios estacionales como la primavera, en este caso buscaríamos aquel que concentrara mayor cantidad de EPA, ya que su acción antiinflamatoria es más específica y rápida que la producida por el DHA.

Dentro de la fitoterapia, plantas como el Grosellero Negro o el Sol de Oro, también llamada Helicriso o Siempreviva, actúan a modo de corticoides naturales aumentando la producción de nuestro propio cortisol endógeno por parte de las glándulas suprarrenales. Esta función también la posee la Yuca, a modo de estimulante glandular.

Las infusiones regulares de Hierba Luisa y Llantén Mayor actúan a modo preventivo como antihistamínicos.

La Fumaria por su parte sería otra opción a tener en cuenta, ya que ademas de relajar la musculatura lisa de nuestro entramado bronquial actúa también como drenador hepático, órgano base del estado de salud general de todo nuestro organismo.

Otras opciones broncodilatadora ante el desarrollo de las crisis serían la raíz de Regaliz o la Grindelia, ya que consiguen un aumento de la dilatación del bronquio para así aumentar la luz bronquial.

Y como preventivos del broncoespasmo, no ya como paliativos, tendríamos al Desmodium, puesto que inhibe la respuesta espasmódica de contracción mucular.

Otras plantas como la Boswellia, procedente de la Medicina Ayurvédica, consiguen una disminución de la inflamación similar a la de los antiinflamatorios no esteroideos (AINES).

Para tratar el edema y sus respectivos síntomas, como son la sinusitis, la rinitis o la obstrucción nasal, acudiríamos a los lavados nasales con agua mineral y sal marina sin refinar o, mejor aún, con agua de mar correctamente certidicada, mediante el uso de una lota nasal.

Al mismo tiempo, deberíamos suplementar con enzimas proteolíticas para inhibir la evolución del proceso edematoso. Para ello, dentro del mundo vegetal tenemos la Bromelina procedente de la piña o la Papaína de la papaya. Aunque también existen otras muchas enzimas de origen animal con estas mismas funciones, como lo son la Pancreatina, la Quimotripsina, la Pepsina y diferentes tipos de Amilasas o de Lipasas.

En casos concretos que cursan con conjuntivitis o bien una rinitis vasomotora resulta de gran ayuda la planta Hamamelis y la manzanilla amarga, también llamada manzanilla de Mahón. Se pueden aplicar de forma tópica en gotas estandarizadas o bien a partir de la misma infusión perfectamente colada con una estameña lo más fina y aséptica posible, esterilizada para cada uso concreto.

Dentro del campo de la Homeopatía, podemos acudir a la desensibilización de los diferentes alergenos específicos.

Así por ejemplo, si el problema alérgico es el polen, usaríamos Polen a la 15CH, o bien los mismos ácaros del polvo de nuestra casa dinamizados. Si se trata del pelo de nuestro gato procederíamos de igual manera. También tenemos la alternativa de utilizar la Homeopatía como reguladora en la producción de histamina mediante el remedio Histaminum a la 7 o 15CH.

3. Otros

A parte de todos estos remedios naturales, disponemos de otras ayudas complementarias que mejoran la respuesta alérgica como la colocación de una lámpara de sal o de un ionizador eléctrico en aquella habitación donde la persona pase más su tiempo a lo largo del día. De esta manera, neutralizamos el exceso de iones perjudiciales para nuestra salud derivados principalmente del uso de aparatos eléctricos como ordenadores, teléfonos móviles, televisión… Y mejoramos por tanto la función respiratoria general.

La práctica regular de algún deporte aeróbico, a modo de fisioterapia respiratoria, como el Yoga, resulta un gran complemento natural. Ya que constituye una especie de gimnasia específica para nuestros pulmones, gracias a la correcta reeducación de la forma en que respiramos, a la vez que relajamos cuerpo y alma en un sólo ejercicio.

Por otro lado, hemos de destacar que también aquí la dieta juega un papel importante, una vez más.

Se ha demostrado que el consumo abundante de verduras, cereales integrales sin gluten, frutas y legumbres disminuye la producción de mucosidad, más aún si alrededor del 80% de estos alimentos son crudos mediante ensaladas, fermentados como el chucrut, germinados, batidos naturales (sobretodo de predominio verde por su aporte extra de clorofila, gran oxigenadora de nuestro organismo) y una correcta hidratación bebiendo alrededor de 2 litros de agua al día, en donde entrarían a formar parte las infusiones y los caldos depurativos, a base de pasta de miso y algas como la wakame o la kombu.

En general una dieta más rica en alimentos vegetales y menos animales mejora la respuesta inmune y facilita el mecanismo de todo el árbol bronquial.

Por contra, en el extremo opuesto, se encuentran los lácteos en primer lugar, seguidos los refinados y el abuso de azúcares simples, todos ellos aumentan la supuración en el paciente respiratorio y con ella el desarrollo de toda su incómoda sintomatología coadyuvante por exceso de mucosidad.

A todo eso deberíamos sumar un buen control en el uso de la sal común de mesa, ya que provoca un gran aumento en la formación de edemas, debido a que retiene líquidos por su alta concentración en sodio y a la vez provoca una pérdida de potasio, oligoelemento indispensable para nuestro ritmo cardiaca y para el sistema músculo-esquelético, dando como consecuencia calambres musculares por su carencia. También deberían evitarse ciertos aditivos alimentarios como la tartrazina, o colorante amarillo artificial, y los silicilatos, presentes tanto en conservas como en algunos fármacos.

Así mismo, sería adecuado realizar un correcto registro individual de alimentos, para poder localizar los posibles alergenos específicos en cada persona de forma individual. Dentro de este grupo los frutos secos son de los más frecuentes, pero existe una gran diversidad al respecto.

Centrándonos en las alergias de tipo alimentario que cursan con migrañas constantes, resulta de gran utilidad disminuir los niveles excesivos de histaminosis, para lograr así erradicar la migraña causada principalmente por un aumento en los niveles de dicha hormona. Para ello hemos de realizar una dieta baja en histamina perfectamente pautada por nuestro nutricionista naturópata.

De esta sencilla manera, teniendo presente una serie de consejos naturales, podremos hacer frente a la primavera llenos de salud y conservando al máximo nuestra calidad de vida. En definitiva, estaremos libres para disfrutar del amplio surtido de luminosos colores que nos ofrece por estas fechas la Naturaleza.