viernes, 27 de enero de 2017

2 grandes enfermedades de nuestro INTESTINO

La Enfermedad de Crohn (EC) y la Colitis Ulcerosa (CU)


Cada vez nos encontramos en consulta con más casos de patologías que afectan a nuestro intestino. Son las englobadas dentro del grupo de las llamadas Enfermedades Inflamatorias Intestinales o EII. Su detención precoz, así como su correcto tratamiento, resultan imprescindibles para obtener una correcta calidad de vida. Por ello los hábitos dietéticos del día a día forman un pilar muy importante, incluso como gran medida de prevención.

Ya que desde Mitierra seguimos enamorados de todo aquello que afecta a nuestro intestino, considerando la importancia que se merece como parte muy importante de nuestra salud tanto física como psíquica. Aquí estamos una vez más para adentrarnos en su largo recorrida y descubrir cuáles son sus afectaciones.

Hablemos pues hoy de estas dos patologías, para muchos nuevas, para otros de sobra conocidas, pero para todos importantes tanto desde la prevención como desde sus repercusiones.


DIFERENCIAS


  • La EC puede aparecer en cualquier parte del tracto intestinal, aunque es más frecuente en el ileon terminal. En cambio la CU sólo afecta al intestino grueso o colon.
  • En la CU las úlceras son más extensas, pero más superficiales, y además presenta un mayor riesgo de cáncer, por lo cual exige un control terapéutico muy riguroso.
  • Por contra, la EC tiende a perforarse y formar fístulas más fácilmente, por ello en ocasiones aparece sangre en heces.

ORIGEN


En todo caso el origen es autoinmune, pero al mismo tiempo existe un componente hereditario que aumenta su predisposición. Dicho ataque autoinmune desencadena un proceso de inflamación de la mucosa intestinal que acaba con una ulceración y finalmente un sangrado con estenosis. Si la úlcera es muy profunda se produce la perforación, originando la fístula que comunica la materia fecal con otra parte del organismo, como si se tratara de un “agujero” por el que penetran al torrente sanguíneo sustancias contaminantes que deberían ser expulsadas fuera de nuestro medio interno.

Se han estudiado diversas sustancias como posibles causantes de tales enfermedades y una de las que ha quedado más comprometida son los carragenatos. Se trata de un aditivo espesante con el número E-407 que está incluido en muchos postres como yogures de sabores o bebidas vegetales no ecológicas. Es un subproducto de un tipo de algas pardas que suministrado en ratas desencadena Enfermedad de Crohn. En humanos no ocurre del mismo modo, pero si nuestro intestino presenta una sobrecarga de flora putrefactiva, específicamente Bacteroides Vulgatus, aumenta el riesgo de desarrollar la enfermedad. Estos Bacteroides son el producto en descomposición de una dieta muy acidificante, por ejemplo rica en carnes o lácteos. De ahí que el eje flora – dieta resulte tan importante en este tipo de enfermedades, como ya ocurre en muchas otras.


SÍNTOMAS


  • Deficiencia nutricional derivada del síndrome malabsortivo general (vitaminas, minerales, etc.), ya que el intestino es el gran órgano de absorción de nutrientes durante el último tramo de todo el proceso digestivo de los alimentos ingeridos.
  • Distensión abdominal fruto de la inflamación intestinal.
  • Disminución de energía, nauseas y vómitos consecuencia de una digestión incompleta.
  • Infecciones repetidas por un cúmulo de abscesos en las zonas ulceradas.
  • Aftas recurrentes que tardan en cicatrizar.
  • Esteatorrea por una incorrecta descomposición de las moléculas grasas, lo que lleva a un déficit del tejido magro y una mala absorción del grupo de vitaminas liposolubles (A, D, E y K). Unido a un aumento de cálculos de oxalato.
  • Ileitis terminal con dolor a la palpación en la fosa iliaca derecha. Lo cual impide la adecuada asimilación de la vitamina B12, gran protagonista en los procesos de crecimiento y mitosis celular.
  • Úlceras mal curadas que producen una estenosis de la luz intestinal donde se acumulan residuos en descomposición, caldo de cultivo de bacterias generadores de la posibilidad de sepsis.


DIAGNÓSTICO


Para poder revertir todo este proceso hemos de realizar las siguientes pruebas diferenciales, las cuales determinarán un diagnóstico correcto:

  • Papilla de bario para detectar la posibilidad de úlceras.
  • Pruebas serológicas con anticuerpos antiendomisio.
  • Analítica clínica que plasmará las deficiencias nutricionales.
  • Análisis de heces para descartar la presencia de grasa, la cual nos hablaría de una esteatorrea o bien restos de sangre por presencia de fístulas.
  • Pruebas del manitol y de la lactulosa que determinan el posible cuadro malabsortivo o de hiper-permeabilidad intestinal.
  • Colonoscopia o sigmoidoscopia y en último término biopsia intestinal, que compruebe la autoinmunidad de la mucosa.


TRATAMIENTO


Por su lado la medicina tradicional frecuentemente recetará al paciente un antiinflamatorio de por vida y temporalmente corticoides durante los brotes de obstrucción y agudización de síntomas. Si el brote es muy constante, en torno a uno cada tres semanas, ya pasan a los inmunosupresores, encargados de anular a nuestro sistema inmune interno. A ello le suman potentes bloqueadores de la respuesta inflamatoria y, si existe riesgo de infección, también algún antibiótico del género anaeróbico o de amplio espectro. Cuando este tratamiento preventivo no funciona se produce la fístula y sólo queda entonces la opción de la cirugía para solucionar las complicaciones fruto de todo el proceso ulcerativo.


Nosotros a través de la medicina natural hemos de ir por etapas.

1.- ESFERA DIETÉTICA


  • Antes de nada tratar el síndrome malabsortivo, para lo cual se ha de erradicar toda ingesta de lácteos, ya que la lactosa es una de las causantes de dicho fenómeno. Se puede valorar la tolerancia con los lácteos basados en cabra u oveja y en todo caso fermentados como el yogurt, el kéfir y en algunos casos aislados el queso fresco.
  • Limitar al máximo la ingesta de gluten, descartando no sólo el trigo sino todo tipo de cereales que lo contienen como la avena, el centeno, la espelta, el kamut o la cebada. Si es posible basar la dieta en cereales que no contienen gluten por naturaleza como la quinoa, el mijo, el trigo sarraceno o el amaranto. El maíz se ha de valorar de forma individual y en todo caso ha de ser de cultivo ecológico para evitar los transgénicos. Tener en cuenta también el exceso de almidones en la dieta diaria.
  • La fibra como norma general es cicatrizante por lo que resultaría positiva, pero al mismo tiempo presenta el riesgo de producir obstrucción intestinal por exceso del volumen de heces. En consecuencia este dato se ha de valorar en cada caso individual, según se presenten en el paciente síntomas de obstrucción o no. De toda manera el tipo de fibra elegida sería la soluble, no la insoluble que es más agresiva para las paredes intestinales. Y acompañada en todo caso de gran ingesta de líquidos.
  • El azúcar se ha de suprimir al máximo posible o en su totalidad, ya que unido a un aumento de la fibra dietética disminuye en un 79% el número de hospitalizaciones. Cuando su uso es estrictamente necesario como puede ser la elaboración de un postre casero o como endulzante para las infusiones, optaremos por la panela, el azúcar de coco o siropes de cereales como el arroz.
  • También la proteína y la grasa animal deben tomarse con mesura debido a que constituyen una materia primera muy difícil de digerir, al tiempo que desequilibra nuestra flora, aumentando la putrefacción y es fruto además de muchos procesos alérgicos. Optar por carnes más suaves como el conejo. La única excepción será el pescado que por el contrario disminuye las complicaciones, gracias a su concentración en omega 3.
  • Es muy importante priorizar las cocciones a baja temperatura, por ejemplo al vapor. Evitar en todo caso los alimentos quemados o tostados, entre los que se incluye el café, por su concentración en aminas heterocíclicas, las cuales no sólo agreden nuestro sistema inmune sino que son precursoras de distintos tipos de cáncer.
  • El registro semanal de alimentos resulta de gran utilidad para vincular los síntomas con posibles alergenos alimentarios. En general se considera que las levaduras (excepto la levadura nutricional que es de gran efectividad), quesos curados, fruta cruda en exceso, tomates u otras solanáceas, cítricos (especialmente la naranja por su concentración en histamina) y ciertos frutos secos como los cacahuetes. Pero en este punto es donde cada paciente es una persona concreta e individual en la que enfocar el tratamiento concreto.
  • Hábitos como el tabaco o el alcohol empeoran el cuadro clínico y en cambio un correcto programa de ejercicio aeróbico regular resultaría positivo para la oxigenación intestinal y en consecuencia para el perfil de la flora inmune.

2.- complementación ortomolecular


  • La vitamina D mejora el comportamiento de nuestro sistema inmune, ya que aumenta la tolerancia y en consecuencia reduce el número de brotes. Además hemos de tener en cuenta que dicha vitamina es liposoluble por lo que la tendríamos de por sí siempre en deficiencia.
  • Como cicatrizante de la mucosa nombramos el Zinc, uno de los oligoelementos más importantes de nuestro organismo. También dentro de los cicatrizantes tenemos diferentes opciones según la parte del intestino afectada: si se trata del enterocito del intestino delgado añadiríamos la L-glutamina y la L-arginina y para el colonocito del intestino grueso el Butirato en forma de enema. Así mismo no debemos dejar de lado los Bioflavonoides, potentes regeneradores de la mucosa, como es la Quercetina.
  • Es muy importante regularizar el pH con un buen complemento alcalinizante, a la vez que mantenemos una dieta en la proporción adecuada de minerales como el Magnesio o el Calcio.
  • Los omega 3, en concreto el DHA a dosis altas, en torno a 2 – 4 gramos diarios, nos ayudarán en todo el proceso de desinflamación. Pero sería preferible en esta patología que optáramos por un aceite procedente de algas, ya que los de pescado serían más difíciles de digerir por un intestino enfermo, o bien optar por un aceite de krill o de pescado salvaje de pequeño tamaño certificado sin metales pesados.
  • En todo caso habríamos de incluir un complejo multivitamínico – mineral hasta solventar las deficiencias. Más adelante este punto lo sustituiríamos simplemente por una buena dieta.
  • Los probióticos son indispensables en este tipo de patologías. Un combinado específico de bacterias inmunorreguladoras que incorpore Bífidus, Acidophilus, Lactobacillus Sallivarus, Lactobacillus Casei y Lactobacillus Plantarum, restaura y regula la flora agredida tras los constantes desequilibrios.
  • Todo antioxidante posee al mismo tiempo un cierto efecto antiinflamatorio por ello incluiríamos la vitamina C, que además es formadora de colágeno junto con el aminoácido L-Lisina; la vitamina E, que impide a su vez la oxidación de las grasas mal digeridas; y el Ginkgo Biloba, que también mejorará la microcirculación del tracto intestinal con un positivo aumento del oxígeno.
  • Como antibacterianos naturales, base específica de la enfermedad, tenemos potentes ayudas como el extracto de semilla de pomelo o el aceite de orégano salvaje.


3.- FITOTERAPIA


  • La Boswellia sería el “corticoide natural” más similar a la medicina tradicional, planta de la cultura ayurvédica que cada día nos ofrece más beneficios en el mundo de la salud natural. También la Cúrcuma y el Jengibre son de la gran utilidad.
  • Y en toda enfermedad que curse con esprue y ulceración notaremos mejoría con una mezcla de las siguientes plantas: Malvavisco como emoliente, Echinacea como protector de infecciones, Hammamelis como circulatorio y Bardana como cicatrizante.
  • Si añadimos a todo ello Enzimas proteolíticos como la bromelaína y la papaína obtendremos un mayor efecto antiinflamatorio.
  • Y por su lado la vitamina B, en concreto la B3, aliviaría el estado general debilitado del paciente, ya que su activación a NADH dentro del organismo trata la astenia tanto física como psíquica consecuencia de la carencia absortiva.



Deducimos por tanto una vez más, que la alimentación es siempre un pilar fundamental, tanto si hablamos de prevención, como de tratamiento o de optimización de la salud. Unido esto a una correcta gestión de las emociones y un aporte de complementos naturales correctamente pautados por un profesional naturópata, cualquier patología es apta de obtener grandes resultados e incluso de no expresarse.

Así pues nuevamente recurro a una de las muchas frases valiosas de nuestro antepasado y gran sabio Hipócrates:


“Que el alimento sea tu medicina.


2 comentarios:

  1. Qué interesante, muchas gracias por toda esta información. Agradecería alguna recomendación para los quistes benignos en los senos. Ya que es difícil encontrar pautas naturales más allá del aceite de onagra. Sería posible con alguna pauta natural eliminarlos o reducirlos? Muchas gracias.

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    Respuestas
    1. Hola!!!
      Ante todo bienvenida y gracias por tus palabras!
      En los quistes mamarios juegan un papel causal varios factores diferentes, primero de todo se ha de cuidar la dieta disminuyendo todos los alimentos con alta carga estrogénica y potenciando las grasas saludables.
      Después existen varios complementos naturales para su tratamiento, entre ellos se encuentra la planta Vitex Agnus Castus en extracto concentrado estandarizado, el cual actúa como gran re-equilibrador hormonal combinado con un buen Omega 3 de alta pureza y siguiendo unas pautas muy concretas.
      Por parte de la Homeopatía también existen alternativas, pero cada caso se ha de tratar siempre de manera individualizada, cuidando las dosis y las pasos del procedimiento.
      Un abrazo desde Mitierra!!!

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